En el pueblo casi se habían acostumbrado al pequeño animal delgaducho, arrastrando una pata y continuamente buscando algo que comer.
Alguien reparó en él, le vio joven, con muchos problemas para salir adelante y se puso en contacto con una protectora que conocía, Nueva Vida.
Después de haber sido diagnosticada su lesión por el veterinario: múltiples fracturas de difícil solución, se decide acudir a recoger fondos para iniciar su tratamiento, ya que es un perro joven y había que intentarlo. Pero hubo que hacer dos operaciones más para las cuales ya no había medios suficientes y Fundación Acuai consideró importante financiar estas últimas.
Este pequeñajo al que se ha llamado Titín, ya ha logrado alcanzar los 5 kg de peso, ha dejado el vendaje y está en una casa de acogida esperando una feliz adopción.
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