Fundación Acuai quiere hacerse eco del magnífico artículo publicado por el periódico El Mundo sobre el abandono animal y del estudio y difusión de este problema que realiza la Fundación Affinity.
Aunque en España se han producido algunos avances en lo que a animales domésticos respecta, aún queda mucho camino por recorrer. Cada cuatro minutos se abandona un perro o gato en nuestro país y no estaría de más que tomásemos nota de cómo Holanda ha logrado ser el primer país sin perros abandonados. ¿Y cómo lo han conseguido?
Protección animal
No ha sido un proceso rápido. En los Países Bajos llevan luchando por los derechos de los perros desde 1864, cuando se estableció la primera agencia protectora de animales en La Haya; años después, en 1877, se abrió el primer asilo canino. La importancia del bienestar de los perros condujo a la creación de sociedades y organizaciones caninas. Y en 1886 comenzaron a imponerse penas a los maltratadores.
En el siglo XX se introdujo la Ley de Protección Animal y se aprobó la Ley de Salud y Bienestar Animal, que prohíbe a los dueños no brindarles los cuidados pertinentes o abusar de los mismos. ¿Qué sucede si se vulnera la Ley de Salud y Bienestar Animal? El sistema judicial lo consideraría una ofensa criminal, penada con tres años de prisión y multada con 16.750 euros, de ahí que en Holanda antes de tener un perro y abandonarlo, se lo piensen dos veces. Desde 1960 se ha realizado un control de la natalidad de los animales, «el número de esterilizaciones de perros y gatos se ha incrementado significativamente».
En los Países Bajos se ha producido un cambio de mentalidad muy fuerte, los animales son concebidos como seres que al igual que las personas sienten y padecen, de ahí que incluso a nivel educativo se haga hincapié en enseñar a los niños a respetarlos y cuidarlos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la World Animal Protection (WSPA) informaban en los 90 de que la única forma de frenar la sobrepoblación canina callejera era esterilizar, educar a la sociedad sobre la tenencia responsable e identificar a los animales. Cuando el número de perros callejeros se mantiene estable, el sufrimiento de la especie disminuye considerablemente», porque se adapta a los recursos del país.
Holanda supo acogerse a esta medida y controlar la superpoblación de animales, pues la compra compulsiva de perros suponía un problema porque la tasa de natalidad no dejaba de crecer. Para frenarlo, el gobierno asumió los gastos de las esterilizaciones y las castraciones organizando campañas gratuitas tanto para perreras como para familias. Otra medida fue incrementar los impuestos a la gente que compraba perros de raza, facilitando así que quienes realmente deseaban tener un perro lo terminasen adoptando. A día de hoy, Holanda puede presumir orgulloso de ser el único país europeo reconocido como libre de perros abandonados.
Tal es la preocupación de Holanda por el bienestar de los animales que incluso disponen de un cuerpo de policía para ellos, desde 2011 los ‘Animal Cops’ velan por su protección y seguridad. Mientras que en España esta noticia provoca sorpresa, nuestros resultados respecto a abandono son los peores de Europa.
Las conclusiones que arroja el estudio realizado por la Fundación Affinity son alentadoras, pero no del todo satisfactorias. En comparación con años anteriores «se observa una ligera reducción en el número de animales que llegan a refugios y protectoras», a la vez también se ha incrementado el número de animales perdidos que son recuperados por sus propietarios, pero el abandono de animales de compañía continúa siendo el principal problema de bienestar de los mismos en España. «El año pasado fueron recogidos 137.831 perros y gatos», la cifra se ha reducido en los últimos años pero continúa siendo muy elevada en comparación con otros países europeos.
La excusa más utilizada por las personas que abandonan a sus animales son «los problemas de comportamiento y de adaptación», según el informe de la Fundación Affinity. Otro de los motivos por los que la gente abandona perros y gatos suelen ser las camadas no deseadas, que pueden prevenirse por medio de la esterilización de los animales de compañía. Pero a esta medida de tenencia responsable hay que sumarle la identificación y la adopción, que según los doctores Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity, y Paula Calvo, investigadora de la ya citada cátedra, «abarca las obligaciones y responsabilidades de todo propietario». Ambos expertos coinciden también en que más allá de la concienciación social sobre la adopción, también se debe educar al público acerca de las ventajas, pero también de las obligaciones que supone adoptar un animal de compañía, y de cómo su llegada puede influir en nuestro estilo de vida».